En el marco del lll Congreso de la Magistratura y la Función Judicial de la Provincia de Buenos Aires y del XIX Congreso de Funcionarias y Funcionarios del Poder Judicial de la Provincia de Buenos Aires, el Dr. Diego Bonnano llevó a cabo una excelente e inolvidable disertación acerca de la crisis de las vacantes.
A continuación, compartimos su memorable exposición:
“Muy buen día a todos, quiero empezar por un agradecimiento a las autoridades de nuestro sentido Colegio por haber apostado una vez más a concretar esta mesa del Consejo de la Magistratura en este Congreso provincial y agradecer así la oportunidad de poder trasladar a ustedes aquello que nosotros vivimos en el Consejo en forma permanente. Y que me permito titular como ‘la crisis de las vacantes’.
Voy a partir de una hipótesis ya que es un problema de imposible solución teniendo en cuenta tres variables: El sistema de selección actual con cuatro etapas impugnativas con el agravante de que no se puede poner en marcha debido al aislamiento y la pandemia más la falta de sistemas informáticos que nos permitan funcionar a distancia, la reglamentación actual de lo que es la subrogancia; y la estructura de jueces suplentes que tenemos. Ahora voy a explicar porqué sostengo que es una crisis y porqué es de imposible solución.
“Me voy a permitir ir con un método de lo particular a lo general. Y me permito extraer datos objetivos de lo que es el estado de los concursos, de su desarrollo y cuáles son las soluciones lógicas que podemos sacar a partir de trazar estadísticas de lo que fue históricamente el trabajo del Consejo de la Magistratura”.
Para empezar, desde lo particular quiero hacer una enumeración de cómo estamos con las vacantes de la jurisdicción en cada una de las veinte Departamentales.
Azul tiene 15 vacantes con la particularidad de que tiene 8 Juzgados de Paz, 3 de los cuales están vacantes. O sea que cada Juez de Paz que debe subrogar debe trasladarse a veces 100 kilómetros de donde está. Tiene un Tribunal de Trabajo por cada cabecera y están los tres desintegrados porque en los tres hay vacantes.
Bahía Blanca tiene 14 vacantes. Tres de Jueces de Paz en Pringles, Puan y Carmen de Patagones. En algunos casos, quien debe subrogar tiene viajar 300 kilómetros. Tiene una ciudad cabecera como Tres Arroyos con 10 jueces de los cuales hay 5 vacantes. Tiene un Juzgado de Familia creado por ley que nunca se puso en funciones por falta de presupuesto con un juez designado que a su vez subroga a otro Juzgado de Familia que está vacante. La ley orgánica pensó que eran necesarios cuatro Juzgados de Familia. Y funcionan tres con dos jueces.
Dolores tiene 8 jueces con 2 vacantes y tiene vacantes de Juzgados de Paz con la misma problemática que vengo anunciando.
Junín tiene 4 vacantes, pero lo más importante es que tiene 4 fiscales sobre 12. Esto reciente toda la estructura.
La Matanza tiene 18 vacantes, una Cámara Civil desintegrada hace tres años y tiene 6 vacantes en el Fuero Laboral sobre cinco Tribunales de Trabajo.
La Plata tiene 17 vacantes, 7 vacantes en jueces de Tribunales de Trabajo, 2 en Cámara Civil, 2 en Tribunal Criminal, 2 vacantes en Juzgados Civiles y Comerciales, en la Casación, en Garantía del Joven, en Correccional y en Ejecución.
A Lomas lo tomo conjuntamente con Avellaneda-Lanús porque no ha sido más que un desprendimiento. Tiene 29 vacantes. 4 de Tribunales en lo Criminal, 4 de jueces Civiles, 4 de Familia y 8 vacantes en Tribunales Laborales.
Mar del Plata tiene 11 vacantes. 3 jueces Civiles, 2 Laborales y 2 del Tribunal Criminal.
Mercedes tiene 18 vacantes, 3 jueces de Cámara Penal, 2 de Cámara Civil, 2 en lo Civil y Comercial y 6 vacantes en Tribunales Criminales. La particularidad de la gravedad de Mercedes es que conecta con el Departamento Judicial de Moreno – General Rodríguez por estas 6 vacantes del Tribunal Criminal que tiene Mercedes que cumple la función de ser Tribunales Criminales de Moreno – General Rodríguez que todavía no se ponen en funcionamiento.
Moreno tiene pendiente la puesta en marcha de dos Tribunales Criminales, más la creación de otros dos. Lo cierto es que las causas que eleva Moreno van a parar a Mercedes con un Mercedes desintegrado que, además, si recuerdan lo que dije recién, también está desintegrada la Cámara Penal, con lo cual el sistema penal está gravemente dañado en ambas jurisdicciones. Recuerdo además la ausencia fundamental de diez fiscales en el Departamento de Moreno. A Moreno aún no le pusieron en funciones ni la Cámara Civil ni la Cámara Penal, ni otras dependencias creadas por ley.
Morón tiene 15 vacantes de 7 Camaristas Civiles previstos en la ley orgánica. Actualmente hay 3. Hace falta que me expida en mucho más sobre la gravedad de esto. Tiene tres Jueces de Paz. De los tres, hay uno solo que subroga a los otros dos juzgados. Tiene cinco Tribunales de Trabajo. Actualmente tenemos cuatro vacantes. Ahora debemos presentar la quinta vacante que se hace efectiva a partir del primer día del año que viene. Es decir que tenemos todos los tribunales de trabajo desintegrados. Y la jurisdicción que es Morón, San Martín, San Isidro y Matanza carece de tres jueces suplentes.
Necochea tiene 6 vacantes. Tiene el Tribunal Criminal desintegrado, la Cámara Civil desintegrada, el Tribunal de Trabajo desintegrado y tiene ausencia de Jueces de Paz.
Quilmes tiene 9 vacantes. Dos jueces de Cámara Civil, dos de Tribunal de Trabajo y dos del Tribunal Criminal.
San Isidro tiene una grave crisis con 20 vacantes. Seis jueces del Tribunal de Trabajo y un Juez de Paz, tres de Familia, dos Correccionales y cuatro del Tribunal Criminal.
San Martín tiene 10 vacantes. Fundamentalmente 3 jueces Civiles y Comerciales y 3 del Tribunal de Trabajo.
San Nicolás tiene 3 vacantes, todas en el Fuero Penal.
Trenque Lauquen tiene 4 vacantes, 3 en el Fuero Penal y 1 en un Juzgado de Paz.
Zárate tiene 7 vacantes con la gravead que faltan 3 jueces en un Tribunal Criminal y 3 jueces en un Tribunal de Trabajo.
“Entonces, cómo impactan estos números en lo que es la estructura de la administración de justicia. Voy a tomar tres fueros: Parto por el Fuero del Tribunal de Trabajo. Actualmente, en el Consejo de la Magistratura tenemos convocadas 43 vacantes para cubrir. Sin embargo, conforme las renuncias comunicadas por la SCBA, tenemos 9 vacantes más.”
O sea que certificadas tenemos 52 vacantes, solo en el marco del Consejo de la Magistratura. Hay Tribunales de Trabajo en la provincia que todavía están pendientes de resolución y hay ternas que se han elevado y que aún no han sido resueltas. O sea que el número de vacantes en los Tribunales de Trabajo es superior al que nosotros tenemos en el Consejo.
“Hay en funcionamiento, en la Provincia de Buenos Aires, 70 Tribunales de Trabajo. Si tenemos en cuenta que las vacantes son más de 50, la cuenta me da que el 74% de los Tribunales de Trabajo de la provincia están desintegrados. Cualquiera que sabe lo que es el trabajo de un Tribunal, sabe de la imposibilidad de administrarlo adecuadamente cuando falta uno de los integrantes”.
A todo esto, la crisis del Fuero de Trabajo arrastra otra falta de decisión política: qué es lo que vamos a hacer con los 64 cargos de camaristas de trabajo que tenemos convocados para tomar examen. Porque no cubrimos las vacantes porque no sabemos si los vamos a trasformar en unipersonales, pero tampoco implementamos las cámaras. Y lo cierto es que este proceso de transición que está previsto solo puede funcionar si cuando dejamos de ser tribunal, estamos al día.
“Si nosotros tenemos el 74% de los Tribunales de Trabajo de la provincia desintegrados y en algún momento se toma la decisión de transformarlos en unipersonales, lo único que vamos a hacer es transformarlos en unipersonales quebrados desde el día que arrancan. Porque el atraso que provoca esto, es imposible que lo pueda absorber la mejor buena voluntad que ponga cualquiera”.
Voy a tomar otro ejemplo: Justicia de Paz. En el marco del Consejo de la Magistratura tenemos 15 exámenes para tomar con inscripción más otras 2 vacantes que no han sido convocadas sobre un total de 119 Juzgados de Paz en la provincia. Tener 17 vacantes solo en el marco del Consejo da un número que por ahí no es muy significativo que es del 15%. Es un error pensar que no es significativo. Es altamente significativo. Porque donde existe un Juzgado de Paz no existe otra estructura de justicia. Es la única estructura de justicia que existe con competencias múltiples. Fundamentalmente, en la mayoría de todos los partidos con competencia en Familia y en Violencia. Entonces, hablar de que alguien puede absorber esta administración de justicia es una falacia.
“Y por último me refiero a otro dato sintomático: Las vacantes que tenemos en el marco de los Tribunales Criminales. Nosotros tenemos 41 vacantes convocadas para concurso, más 6 que no han sido convocadas todavía. Y si bien 12 de esas vacantes perteneces a una creación de la ley -es decir que son tribunales que no se pusieron en funcionamiento- la conclusión es que hoy tenemos 35 vacantes reales de jueces de Tribunales Criminales en el marco de la provincia”.
Y vuelvo a insistir, el Tribunal son tres. Si hay dos, todo esfuerzo y todo proceso voluntarista tiene un principio y tiene un fin que es muy corto. La ley orgánica previó el esfuerzo y el trabajo entre tres para celebrarlo entre tres, no entre dos. Cuando esto se prolonga por años, el resultado es inevitable.
“Me voy a referir ahora a un trabajo que ya abarca en conjunto las vacantes del Ministerio Público de la jurisdicción y es el planteo de cómo impactan estas vacantes en el marco del Consejo de la Magistratura. Actualmente nosotros tenemos 14 concursos en trámites del sistema anterior que contemplan 25 vacantes”.
Tenemos 23 concursos con inscripción que todavía no tienen fecha de examen que representan 347 vacantes. Concursos para los cuales tenemos 7.291 inscriptos. Tenemos asimismo 10 concursos sin haber abierto la inscripción que representan 26 vacantes y tenemos comunicada por la Secretaría de Personal de la Suprema Corte de Justicia 56 vacantes que todavía no las hemos ingresado para la convocatoria de los concursos. En total, solo en el marco del Consejo de la Magistratura, enfrentamos un trabajo por delante de resolver 454 vacantes.
“El trabajo del Consejo de la Magistratura obviamente en estas condiciones está ampliamente desbordado y solo para demostrarlo voy a tomar uno de todos los datos objetivos que di. Me voy a referir nada más que a los 23 concursos que tenemos con inscripción sin fecha de examen”.
Son 7.291 inscriptos. Aún suponiendo que a 10 de estos concursos no les volvamos a abrir la inscripción -y digo esto porque en 10 de estos 23 concursos hemos anotado vacantes posteriores a la fecha de cierre de inscripción- y suponiendo que manejamos un porcentual histórico que entre el 10 y 15 por ciento de estudiantes que no se presentan el día del examen y, aún así, utilizando otro baremo histórico del Consejo que tiene que ver con la cantidad de aprobados que podemos tener en una prueba por escrito, calculando que aprueben simplemente el 30% de los que se presenten a rendir examen, siempre estaríamos hablando de un número cercano a 1.800 aprobados en un proceso de selección de cuatro etapas.
“Les propongo que hagamos la hipótesis de que el proyecto de ley que presentamos ante ambas cámaras en forma unánime aprobado por todos los miembros del Consejo suspendiendo la etapa de oral es sancionada. Nos queda tomarle la entrevista a los hipotéticamente 1.800 aprobados”.
Las entrevistas tienen un tiempo de duración. A partir de que forman parte del proceso de selección con un puntaje y con impugnación. No solo son grabadas, sino que además entre los consejeros debatimos la nota. Lo cierto es que con la mejor de las buenas voluntades del Consejo el mejor número que podemos ofrecer es tomar de 20 a 24 entrevistas por día. Si tenemos 1.800 aprobados como mínimos, estamos hablando de que estamos superando los 75 días solo para agotar entrevistas.
¿Cuál es la significancia de estos 75 días? Que nosotros tenemos un Consejo de la Magistratura que no es profesional. Significa que trabajamos un aproximado de entre 40 a 45 días al año. Si tenemos que simplemente tomar entrevistas suponiendo que no vamos a tomar exámenes orales que llevan mucho más tiempo todavía, estamos hablando de que tenemos por delante un año y medio de trabajo simplemente para agotar una de las tres etapas de proceso de selección.
Es por eso que sostengo que no hay en este marco legislativo solución a las crisis de las vacantes. Y que tampoco alcanza con este proyecto de ley que tuvimos en la cabeza de Sergio Torres su impulso, su dinamismo, la búsqueda de los acuerdos con los distintos sectores que conforman la legislatura y el Poder Ejecutivo. No es más que una muestra que ofrecemos de buena voluntad de querer salir de esta encrucijada en donde nos encontramos.
“Para concluir me permito dejar la siguiente reflexión: Debemos pedirles fuertemente a nuestras autoridades gubernamentales, legislativas y a nuestra propia cabeza del poder -porque pertenecemos a un poder piramidal- que reflexionen en conjunto sobre estas cuestiones y que lleguemos a la conclusión que necesitamos una ley de emergencia para salir de esta crisis”.
Necesitamos una solución de emergencia, necesitamos una nueva ley que regule la subrogancia de manera distinta. Necesitamos cubrir las vacantes de forma extraordinaria. La actual ley que nos rige fue dictada quizás con la mejor buena voluntad, pero sin el mínimo cálculo de impacto. Porque aún sin la pandemia esta es una ley que se sancionó sin cálculo de impacto. La cuenta que hice de la cantidad de aprobados que tendríamos a los que tendríamos que simplemente tomarles entrevistas es una muestra de ello. Ni que hablar si tenemos que tomar orales.
En definitiva y solo para dar un dato estadístico más, me permití también hacer un cálculo de cómo funcionaba el Consejo de la Magistratura antes de la sanción de esta ley. Y para ello tomé como base estadística un Departamento Judicial que es el mío. No por una cuestión de corazón sino por una cuestión de poder certificar cada acto con la exactitud que merece sacar una estadística.
Para ello recorrí todos los concursos que se dieron desde el 2014 hasta la fecha. Sacando el tiempo exacto que me dio entre la renuncia y la asunción de nuevos magistrados. Nunca ningún concurso fue inferior a los 25 meses. Llegamos incluso a concursos que duraron 57 meses para cubrir una vacante. Esto nos da un promedio de 39 meses para cubrir una vacante. Yo no solo los invito a reflexionar sobre el daño profundo que le hacemos a la administración de justicia con 39 meses de una dependencia vacante, también los invito a pensar en el daño profundo que le hacemos a nuestro propio sistema jubilatorio cuando por 39 meses dejamos de aportar lo que va a ser nuestro seguro cuando pensemos en jubilarnos. Las cifras que dan la suspensión de estos 39 meses multiplicado por cada vacante que venimos tratando supera los mil millones de pesos.
Quiero cerrar con un mensaje de esperanza.
Lo único que la crisis de las vacantes no ha podido llevarse puesto es lo mejor que tenemos que es nuestra fuerza inclaudicable, nuestra voluntad, nuestro honor. En definitiva, siempre digo lo mismo, el proceso de selección es complejo desde lo legal, pero desde la reflexión, desde el corazón, es profundamente simple. Solo hay dos personas que habitan el poder judicial, los que tienen el fuego sagrado y los que no. Agradezco estar con ustedes”.